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lunes, 18 de enero de 2016

Raúl Brasca: ‘‘Escribir sin leer, conduce más al balbuceo que a la pretendida originalidad’’


Foto fuente: Andrés Neuman

Por Nubia Sandoval Zúñiga

Nació en Marcos Paz, provincia de Buenos Aires, Argentina, en 1948.  Raúl estudió ingeniería química pero las satisfacciones las recibe de su pasión por la literatura.  Sus cuentos, microcuentos y ensayos fueron publicados en revistas y suplementos literarios de Argentina, Brasil, Colombia, México, EEUU, España y Suiza, así como en diversas antologías.  Ganó dos veces el Certamen internacional de cuento brevísimo de la revista El Cuento de México en 1988 y 1997; en su país recibió premios de la Fundación Fortabat, el Fondo Nacional de la Artes y la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.  Escribe actualmente crítica literaria en el suplemento de cultura del diario La Nación y colabora en publicaciones de diversos países.  Fue miembro fundador y codirector de la revista literaria Maniático textual y se desempeñó como jurado y panelista en la Feria del libro de Buenos Aires.  Ha publicado una importante obra como antólogo, narrador y crítico literario, actividad que ejerce en el diario La Nación, además de ser considerado como uno de los mejores autores de microrrelatos del mundo hispano y como tal figura en las mejores antologías sobre el género.

Es en Latinoamérica sin lugar a dudas donde este género de prosas mínimas ha alcanzado mayor auge y, es también en esas latitudes donde mayor número de publicaciones especializadas en el cuento breve existen.  Ahora que en Ecuador comienza una mayor atención por parte de medios y público hacia este género de la brevedad, deberían establecerse mayores puentes de comunicación como Ciudad Mínima, para que este tipo de publicaciones pudieran llegar hasta los lectores ecuatorianos.

David Lagmsnovich les llama Microrrelatos; Violeta Rojo, Microficción; Lauro Zavala, Minificción.  De estos términos y otros que ha leído y que se usan para referirse a estas narraciones que cultivan lo mínimo ¿Cuál considera qué es el más apropiado?
Yo uso Microficción como sinónimo de Minificción porque el prefijo mini lo trivializa, lo hace muy doméstico, minifalda, minibacha todas cosas muy comunes, micro lo hace todo más científico, pero es una cuestión de preferencia Minificción y Microficción son lo mismo, Microrrelato no porque el Microrrelato se definiría como las Microficciones narrativas, el campo de la Microficción es más amplio, abarca toda ficción mínima que cumpla con ciertos requisitos y cuando esas microficciones son narrativas se llaman Microrrelatos.

El microcuento es una forma breve diferente al cuento, ¿cuál es la frontera entre los dos?
El Microcuento es un cuento cortito, es lo más breve que uno se puede imaginar pero sigue las reglas del cuento, por ello el Microcuento y el Microrrelato son distintos. El Microrrelato ya no es un Microcuento, para mí no cumple las reglas del cuento, el Microrrelato cumple con el silencio, las palabras están contadas para cargar lo que no se dice de significado, cargar el silencio que tiene el Microrrelato de significado,  en el Microrrelato no hay desarrollo en el cuento si lo hay, el Microrrelato no termina con una acción, termina muchas veces con una sugerencia y hasta con una conclusión, en el Microrrelato el final esta sugerido, en el cuento está dicho.

¿Cuáles son las bases para identificar a este género?, es decir, hoy se adjudica con mucha facilidad la etiqueta de microcuento a un texto solo por su extensión e incluso, se confunde al microcuento con el nanorrelato.
Las características de la Microficción en general es que se caracterizan por tener un silencio ocluido que no es ausencia, es un silencio que significa, las palabras escritas, lo explicito está dicho y calculado para cargar de significado ese silencio, la parte estructural de la microficción y la parte audible musical son las palabras, el silencio es la parte dinámica que salta a la mente del lector, ese silencio como no dice taxativamente tal cosa o tal otra libera muchas posibilidades por eso la que descubrió este tipo de textos, Dolores Koch dice que es polisémico además de hacer uso y abuso de la paradoja.

Andrés Neuman afirma en un decálogo sobre el microcuento que ‘‘El microrrelato necesita lectores valientes, que soporten lo incompleto’’, ¿cree que es así?
Creo que es así pero no usaría la palabra incompleto, en una antología dominicana que me mandaron el prologuista habla de cuentos incompletos, pero no son incompletos, el final es lo que no está pero es el lector quien lo pone, la última línea de un Microrrelato no es el final, la última línea habilita al lector, induce en la mente del lector la posibilidad de un final, y es él quien lo pone, no es que estén incompletos, es que son así.

Usted menciona que el microrrelato tiene mucha relación con Kafka porque, dentro de la cultura del siglo XX, él descubre unos textos breves, intensos y misteriosos. ¿A demás de él de donde proviene este género?
El sueño de Chuang Tzu como Microrrelato tiene 23 siglos, si vas a buscar el antecedente puedes remontarte a la antigua China, hay textos árabes por ejemplo El gesto de la muerte que también recoge Borges como que lo escribió Cocteau, él lo tomó la tradición árabe, entre los antecedentes están muchos y entre ellos está Kafka, como género la Microficción como la concebimos los latinoamericanos, es un género irónico que dice sin decir, tiene la sutileza de hablar entre líneas, apela a la complicidad del lector continuamente, un lector tonto no puede leer Microficciones porque no tiene la malicia suficiente como para completarlas, yo creo que el fundador fue Julio Torri mexicano, a principios del siglo XX en 1915, 1916 tiene un texto que se considera el texto fundacional que se llama A circe, pero tampoco prospero ahí, estuvo solitario Torri en ese momento, el comienzo verdadero a partir del cual tomó impulso y después se desarrolló es a mediados del siglo XX y es con todos los escritores que conocemos Arreola, Borges, Bioy Casares, Cortázar, Benedetti, Galeano y posteriormente otros, allí tomó impulso y se reconoció como genero a partir del trabajo de Dolores Koch en el año 1981.

‘‘Yo no elegí este género, él me eligió a mí’’.
Raúl Brasca nos cuenta que su pasión por este género nació espontáneamente cuando escribió su primer microrrelato como descanso en la tediosa corrección de un cuento. Por eso suele decir que, en él, el microrrelato nació como anticuento. Eso fue a mediados de los '80.

¿Cómo y desde cuándo nació su pasión por el microrrelato? ¿Por qué eligió este género?
Escribía cuentos largos, yo estaba corrigiendo un cuento largo, corregir es tedioso, estaba muy cansado y para descansar de la corrección escribí un Microrrelato y lo titulé Salmonios, como un juego, como un entretenimiento para descansar del cuento largo, pero me gustó y se lo hice leer a una escritora argentina muy prestigiosa y con otra gente que había ahí, ellos se quedaron perplejos porque es una cosa que empiezas a leer y se terminó a las cuatro línea, Liliana Heker me dijo ‘‘Esto es un cuento brevísimo, hay una revista mexicana que tiene un concurso permanente de esto, si quieres te busco la dirección y lo mandas’’. Mande tres y gané el concurso, eso fue en el año 88, después me publicaron un cuento largo y en el año noventa y pico envíe uno para que me lo publiquen pero lo metieron en el concurso y lo gané de vuelta. Mi primera antología fue en el año 96 y mi primer libro de cuentos en el 94.

¿Cómo llega un químico a la literatura? ¿Es posible aplicar alguno de esos conocimientos en su escritura? Mire que se dice que el microrrelato tiene una fórmula.
Siempre tuve temperamento artístico, quería ser músico pero mi padre no me dejó, le dije que quería estudiar química de investigación pero me dijo que si quería estudiar química era para fabricar algo que se vendiera y así seguí ingeniería química, fui ingeniero por mi papá pero después volví a lo que quería ser, necesitaba una manera de expresión, cuando joven tocaba el piano y luego empecé a escribir, cuando pasaba mucho tiempo que no tenía manera de expresarme me enojaba mucho, toda mi vida escribí, incluso de adolescente escribía poemas, a los diez años me publicaron un cuento en el periódico del pueblo, era un poema a mi perro, lo que me dio el estudio de las ciencias duras es un pensamiento sistemático, que me sirve para varias cosas, en primer lugar para la parte ensayística, todo lo que escribí sobre el Microrrelato fue porque estaba entrenado para pensar  y también sirve para organizar tus textos cuando escribes ficción. Soy ordenado adentro y desordenado afuera.

Usted organiza un festival de microficción en Argentina, ¿cuál es su motivación para promover este género?
Son las jornadas de Microficción que  realizamos en el festival todos los años, las venimos haciendo por siete años consecutivos, siempre he sido un fanático de este género tanto como autor que como difusor, he hecho doce antologías de Microrrelatos, he difundido mucho mediante mis antologías y cuando todo el mundo empezó a hacer antologías dejé de hacerlas y comencé con las jornadas de Microficción que reúne a los Microrrelatistas de todo el país y con los autores consagrados, casi todos los años está Ana María Shua y todos los años tenemos un invitado del exterior, una persona prominente de la Microficción extranjera.

Viene a Ecuador inmediatamente después de ser juez de un festival de microteatro, ¿qué futuro tienen las formas breves, es posible que sobrevivan a la moda?
Yo creo que tiene futuro, incluso desde hace muchos años, solo que por su extensión y por su carácter la forma de difusión es por aparatos electrónicos, al principio hasta se hacían por celular y después se difundió tremendamente por los blogs en internet, eso en cuanto la difusión lo que pasa es que esos medios son ideales para este tipo de relatos, por su picardía, su malicia y su sutileza esta la forma ideal de difusión, yo no creo que el auge es porque es cortito y solo le doy un vistazo rápido, la mayoría de personas todavía leen novelas de 300 páginas, los que leen microficciones es porque es un manera que los está expresando. Muchos creen que por ser poquito es fácil pero no es así.

En muchos de sus microrrelatos podemos ver que el diálogo entre textos y autores se convierte en el material del cuento además de que el juego con los textos se convierte en una verdadera dimensión meta-textual, al acto de la escritura y al de la lectura, apela a las competencias del lector, cuya enciclopedia tiene que coincidir con la de quien escribe: en el caso contrario, el cuento entero permanece opaco, inaccesible. ¿A qué se debe esto? ¿No le preocupa que no le vaya a gustar al lector lo que escribe, ya que muchas veces no tienen todo ese bagaje de conocimiento necesario para entenderlo?
Yo tengo mucho respeto por el lector, creo que por lo menos es tan inteligente como yo, que ha leído mucho y es una falta de respeto tratar de hacer cosas fáciles para que las pueda entender, yo sé que hay lectores que no lo van a poder entender, ¿para quién escribo?, yo escribo para lectores como yo, no escribo para ningún lector en especial, escribo lo que a mí me gustaría leer. Pero no me pasa solamente a mí esto, el género es un género intertextual que puede usar marco que es además una manera de alcanzar la brevedad, esos Microrrelatos a los que te referías Laura Zavala los llama dinocidios, creo que fue de los primeros en criticar El dinosaurio que es el arquetipo del dinosaurio, yo lo admiro como construcción pero no me impresiona leerlo, yo lo haría más largo.

La brevedad, lo fantástico y el humorismo se encuentran en una relación de atracción recíproca: si hacemos un rastreo en la historia literaria, nos damos cuentas de que mientras es muy difícil encontrar novelas que sean enteramente fantásticas o humorísticas, la micro-ficción, al obrar por condensación y concisión permite en cambio crear textos cuyo discurso es completamente fantástico y / o humorístico. ¿Cómo lo logra?
Hay cosas que convienen a determinado género, si quieres contar la segunda guerra mundial tienes que escribir una novela, todas las dualidades, los dobles sentidos, los juegos entre dos cosas, la imagen real, la imagen en el espejo, el mundo real en otro lugar de la realidad, el macro mundo y el micro  mundo, el soñador y la realidad, todas esas dualidades se prestan mucho para el juego y para desenlaces muy brillantes y muy ocurrentes, generalmente las cosas que se pueden decir resultan fantásticas. Hay un porcentaje mucho más alto de Microficciones fantásticas que en cualquier otro género.

Ciudad Mínima es un festival que le propone a los jóvenes y jóvenes adultos reencontrarse con el hábito de la lectura a través de la lectura de textos breves pero la brevedad es engañosa, leer un microrrelato necesita de lectores activos, es decir que se opone a la percepción de que se lee este género porque vivimos en una época apresurada.  ¿Cree usted que estas formas breves tienen que ver con la época o a qué respondería su auge?
Yo no creo que sea porque la gente no tiene tiempo y es breve, sino porque es la manera de presión que más se adecua a lo que el lector contemporáneo quiere leer, se adecua como forma por la ironía, sobre todo en Latinoamérica donde hemos vivido muchas dictaduras y nos hemos acostumbrado a hablar en clave y decir las cosas sin decirlas, eso se transmite a la literatura, no quiero decir que ese es el origen pero entre otras cosas es parte de la formación que tenemos. Los Microrrelatos españoles son distintos a los nuestros, tienen mucho menos silencio y son más explícitos.

El año pasado nuestro festival se dedicó a la fantasía y a la twitteratura y las personas se confundieron mucho con el término. ¿Existe la literatura en Twitter, se atreve a dar una definición de twitteratura?
En efecto existe literatura en Twitter, la Twitteratura son los Microrrelatos o Microficciones que tienen 140 caracteres o menos, en las jornadas hacemos un concurso de Microficciones en Twitter todos los años, a veces es temático y durante cinco horas las personas pueden enviar sus microrrelatos por Twitter, siempre fue a nivel internacional pero este último año con todas las restricciones para entregar el premio lo hicimos únicamente a nivel nacional. Sucede con Twitter, lo mismo que sucedió con el cuento en el periodismo. Horacio Quiroga tenía que adaptar la forma al espacio que le daban. Yo no soy tuitero, pero la microficción invade a todos los medios tecnológicos. Cuando apareció el celular, surgieron los cuentos pulgares: microficciones escritas como mensajes de texto.


La invitación realizada a Raúl Brasca a Ciudad Mínima le resultó maravillosa, nos confiesa que nunca había visitado el país y se lleva una grata impresión de Guayaquil y las personas que conoció aquí. Además aconseja a los nuevos escritores de este género que lean muchas microficciones, que aprendan los mecanismos usuales y los practiquen y que, luego, se propongan ver qué pueden hacer "a partir" de todo eso. Insiste en que la lectura es esencial. ‘‘Escribir sin leer, conduce más al balbuceo que a la pretendida originalidad’’.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Patricia Esteban Erlés: “La micronarrativa es como un caramelo envenenado, de rápido consumo y lenta digestión”


Foto fuente: Antonio Jurado

Por Angélica Lainez Rendón

Pocos juguetes de la infancia son tan anhelados e idealizados como una casa de muñecas. Con sus habitaciones minuciosamente ordenadas, su pulcritud exagerada, y sus paredes rosas y azul cielo, han sido desde siempre, un constante recordatorio de perfección: el hogar soñado, hábitat de gente fina y delicada, donde, por supuesto, nada malo podría acontecer. Sin embargo, la Casa de muñecas que presenta la escritora Patricia Esteban Erlés es diferente y atípica, pintando en negro y magenta su propio panorama, donde lo terrorífico e inquietante transita por cada una de sus habitaciones, y juegan con la imaginación del lector, que recibe el más puro horror en pequeñas cápsulas.

En Casa de muñecas, no solo se recorre un lugar, que ya no es tan sacro como aparentaba, sino que también se exploran los miedos más profundos de la infancia, la inocencia profanada, entre otras narrativas que se entretejen y se van develando en medio de un ambiente de tensión y horror creado por personajes perturbadores. A través de las diversas estancias de la casa, se distribuyen cien microrrelatos terroríficos, que construyen el cuarto libro de la también autora de Abierto para fantoches (2008), Manderley en venta (2008) y Azul Ruso (2010), proyecto que realizó en colaboración con la ilustradora Sara Morante. Durante su visita a Guayaquil, como invitada a la IV edición del Festival de Micronarrativa Ciudad Mínima, la autora de española conversó sobre las posibilidades del género, los elementos que construyeron su Casa de muñecas, y su participación en esta iniciativa cultural.

¿Qué es lo que más le apasiona del género?
Me gusta muchísimo la capacidad que tienen las palabras para contar mucho en muy poquito espacio. Es apasionante leer una buena novela, pero me fascina la forma en que literatura puede aprisionar las palabras, todas las que necesitas, y contarte lo mismo. Es un reto del escritor con el propio escritor y una lucha contra el tiempo, y contra el espacio que es lo que falta cuando estás escribiendo microrrelatos.

Una de las peculiaridades de la micronarrativa es la exigencia de un lector activo, presto a hacer uso de su imaginación para completar los relatos, ¿considera que el género de horror le brinda más posibilidades al lector con respecto a esta característica?
Yo creo que el horror es algo que nos apasiona sentir, ¿no? Leer historias de miedo, ver películas de terror provoca una sensación de control, es decir, sientes miedo pero a la vez sabes que lo puedes controlar. Creo que eso lo tenemos todos los seres humanos desde que somos niños, esa sensación de querer pasar miedo en pequeñas dosis, y el género se presta muy bien. Este también utiliza la intertextualidad, que permite al lector conectar enseguida con el escritor mencionando criaturas: monstruos, personajes, y motivos del terror. Hay un montón de elementos que los puedes integrar y el lector ya sabe a qué te estás refiriendo.

¿Cuáles son los elementos imprescindibles que convierten un texto en un microrrelato?
David Roas defiende con tesis clara que un microrrelato es un relato reducido. Si nos atenemos a esto, significaría que este debe tener los mismos elementos que un relato de una extensión mayor. Considero que los microcuentos deben tener los mismos elementos que un relato convencional, solo que mucho más difícil de desencriptar y también, mucho más esquematizado.

 “Lo malo no está en el monstruo, sino en los ojos que miran al monstruo”
Según comenta, la autora de Casa de muñecas, esta se inició a construir cuando ella decidió empeñarse en redactar todos los días un microrrelato. “Escogía una fotografía de moda, y me imaginaba como era la vida de la mujer que estaba allí. Entonces colgaba los microcuentos en Facebook y allí había una recepción inmediata, la gente comentaba, y aquello me servía para engrandecer o para terminar de rodear la historia con aquellos rasgos que me daban”. Sobre la construcción de los personajes presentes en el libro, Patricia se considera una buena recopiladora, porque muchos de ellos han sido fruto de historias contadas por mujeres, que reflejan episodios de la infancia, y que la autora ha revestido de literatura.

En Casa de Muñecas se vive este clima de permanente de horror y misterio, ¿es esta también su visión de la realidad?
Para mí, la realidad es un lugar donde se pasa mucho miedo. Me dan pavor las cosas que pasan en la vida real y muchas de las cosas que provocamos los seres humanos. Entonces, me parece que la realidad es el lugar perfecto para ambientarse y documentarse de lo terrorífico.

En el libro, se ponen en evidencia diversos roles de mujeres, y de hecho, estos adquieren preponderancia a lo largo del libro, ¿cuál es la relación entre estas mujeres de ficción y las mujeres actuales de la realidad?
Creo que ese es el ropaje que tiene el libro, hay una estética y un lenguaje que es reconocible: el de los escenarios y los elementos macabros, pero sobre todo es un libro en el que se habla de la mujer reducida al espacio doméstico, que es el espacio que le ha correspondido durante muchísimo tiempo y que, en buena medida, le sigue correspondiendo. Una especie de prisión que puede ser más o menos dorada, pero que al fin y al cabo es prisión, mucho más que en el caso del hombre.

Una de las características de Casa de Muñecas es la presencia de estas grandes dicotomías en los relatos: hay historias terroríficas que conmueven, hay amor, pero también hay odio y muerte. ¿Cómo es posible manejarlas y matizarlas dentro de una obra?
Bueno, el componente de miedo lo suelen causar los monstruos. A mí me parece que aquel es el ser más infinitamente tierno del mundo, porque este no sabe que es un monstruo hasta que no lo mira alguien, entonces lo malo no está necesariamente en él, sino en los ojos que lo miran, y son los monstruos los que más me gustan. Entonces, yo creo que es muy fácil hacer ternura con los monstruos, mucho más que la repulsión, y también está la piedad.

En Maderley en venta, así como en Abierto para fantoches también se hacen presentes las muñecas. ¿Qué simbolizan ellas para usted? ¿Existe una relación oculta entre estas obras?
Creo que soy una persona muy obsesiva y las cosas que me han gustado, desde pequeña, no ha cambiado un ápice. Mi relación con las muñecas siempre ha sido una relación de miedo y de fascinación: de miedo, porque me recuerdan la inmovilidad eterna que es la muerte, la muñeca es un doble del ser humano; y de fascinación, porque me parecen perfectas. La muñeca te recuerda a esa que nunca vas a ser. En todos los libros que escribo y escribiré, aparecerán muñecas. Creo que es una constante, porque siempre me resulta muy expresiva, y también me recuerda mucho al papel de la mujer en la sociedad. La mujer aprende de las muñecas la que debe de ser.

‘No concibo la literatura sin imágenes’
Acerca de la colaboración con la ilustradora Sara Morante, “Facebook tuvo la culpa”, declara. Todo surgió a partir de un microcuento que Patricia escribió y subió en su muro, este relato fascinaría a Sara y la llevaría a ilustrarlo. Tiempo después, la autora se aventuraría a pedirle que realizara la ilustración para la portada del libro, pero luego acordarían graficar varios de los relatos, realizando un trabajo en conjunto.

Casa de Muñecas presenta tiene una mezcla de estilos victoriano, gótico, incluso punk. ¿Por qué razón deciden realizar esta fusión?
Porque a mí lo victoriano me parece una estética apasionante, está muy relacionada con la muerte, con la oscuridad, pero al mismo tiempo es muy estilizada. También están todos esos prejuicios relacionados con la carne y lo erótico. Y luego, lo gótico es algo que me interesa muchísimo, sobre todo en los lugares y ambientes. Las casas me parecen escenarios de terror muy rentables, porque tienes todos los elementos: tienes el cuchillo para cortar carne, la nevera para hacer vudú con la desconocida de turno, tienes la ventana para tirarte por ella. Tienes muchas cosas que pueden usarse en contra de la integridad física. Y lo punk, por lo desafiante e irreverente, trato de desdramatizar, pero sin dejar de combatir, me gusta mucho la protesta que es fotogénica e inteligente.

Tengo entendido que entre sus aficiones se encuentra el cine, de hecho, en Casa de Muñecas se percibe un lenguaje cinematográfico a través de algunas referencias. ¿Cuáles son las posibilidades que otorgan esta interdisciplinariedad y cómo enriquece a la obra?
Yo creo que tenía que ser muy explicable la relación que hay entre el cine y la literatura, o lo rentable que es el cine para la literatura. El cine, sobre todo, nos suministra imágenes, y yo trabajo mucho a partir de lo que percibo por los ojos. Lo que percibo por los ojos me cuenta muy a menudo muchas más cosas que las que los olores, los sabores, y las palabras. Entonces, el cine, a mí me ha servido como un banco de imágenes y de inspiración permanente. No concibo la literatura sin imágenes, y el cine te las da.

Para Patricia Esteban Erlés, la invitación que le realizó Ciudad Mínima para formar parte del festival, le resultó formidable. Se confiesa feliz de haber sido parte de esta fiesta de las letras, y muy entusiasmada por el impulso que se le está dando a la lectura y escritura entre los chicos y los jóvenes. Considera, que el principal aporte de la micronarrativa se encuentra en la sensación de velocidad que esta le brinda al lector, sin restarle profundidad al texto. Patricia concluye con una exquisita analogía, que es en definitiva certera: “el microrrelato es como un caramelo envenenado, el público lo consume muy rápido, pero sin darse cuenta de que la digestión es muy lenta”.


jueves, 11 de junio de 2015

De lo macro a lo micro: retomamos los talleres

Comienza la cuenta regresiva para la cuarta edición de Ciudad Mínima, que este año ha logrado juntar a cuatro escritores extraordinarios: Raúl Brasca (ARG), Patricia Esteban Erlés (ESP), Huilo Ruales Hualca (EC) y Marcelo Báez (EC).  Para conocer más sobre las actividades del festival pueden pasar por www.ciudadminima.com a revisarlas.

De lo macro...
Con Huilo pensamos que sería bueno empezar a revisar el cuento (lo macro) para llegar a lo micro, así que la propuesta de trabajo para los interesados es de un taller intensivo de viernes, sábado y domingo, con lecturas y películas que los talleristas deberán llegar previo al curso.  El curso es exigente y supone que compartamos con Huilo 12 horas, que él asegura siempre son más, cosa que confirmo porque para el cierre la casa pone las sangrías.

El taller se lo estructura en tres segmentos: uno, pequeño, de cine (en este caso, con un envío previo de una minilista de filmes), otro, un tanto extenso, de lectura, ya que es el elemento fuerte (el escritor, no es si no un lector que escribe. así como el lector, no es si no un escritor que lee, pues, al leer co-escribe el texto), y, un tercer segmento, que es el de la escritura, en tanto ejercicios y, en tanto, textos personales que algunos participantes llevarían para someterlos a la cirugía tallerística.

Los materiales previos al taller: una parte (un 70%) de textos y películas, tendrían que ser leídos de antemano por los participantes. y el resto (es decir, el 30% restantes), los leerían en los intervalos que habrá entre los segmentos del taller.

...a lo micro
A la vez, concretamos un taller de dramaturgia para microteatro con Cristian Cortez Galecio, que tendrá una duración de 16 horas repartidas en sesiones de 2 horas semanales, durante 2 meses, aprovechando también que Raúl Brasca arriba a Guayaquil inmediatamente después de ser jurado en un concurso de guiones para microteatro.

Este será un taller abierto a la experimentación, basado en un texto de nueva creación, colectivo o individual, realizado a partir de las necesidades e inquietudes que surgen a los propios participantes. Lo importante es experimentar y perder el miedo a la hoja en blanco.



Taller "Las visiones de la boca"
Imparte: Huilo Ruales Hualca
Inicia: viernes 26 de junio
Horario: viernes 18h30 a 21h30, sábado 10h00 a 13h00 y de 15h00 a 18h00, domingo 10h00 a 13h00.
Costo: $125 (incluye material y brindis de cierre)
Dirigido a: lectores, escritores en ciernes, o a quienes, simplemente, les interese re-aprender el maravilloso acto y rito que es la auténtica lectura.




Taller "Espacios no convencionales"
Imparte: Cristian Cortez Galecio
Inicia: lunes 13 de julio
Horario: 19h00 a 21h00
Duración: 8 sesiones de 2 horas cada una.
Costo: $160 por las 8 sesiones
Dirigido a: lectores, escritores interesados en explorar nuevas formas de escritura, interesados en el teatro como directores, productores o dramaturgos.

Interesados en estos talleres pueden escribir a ade@palabralab.com para inscribirse.

viernes, 26 de septiembre de 2014

Paso relámpago de Alberto Chimal por la Ciudad Mínima

Monterroso había escrito sobre el rayo que cayó dos veces en el mismo sitio, pero en el caso de Alberto, esperamos ansiosos la llegada del relámpago de la fantasía y de la ficción brevísima que nos propone para este festival.

Los días lunes 13 y martes 14 de octubre, Estación Libro Abierto lo recibe con sus ávidos talleristas para tomar un curso relámpago de narrativa de imaginación fantástica en la que los asistentetendrán un panorama somero de las posibilidades de la imaginación fantástica como recurso narrativo, aplicable tanto dentro como fuera de "géneros" previamente establecidos, a partir de lecturas escogidas y ejercicios.  Los asistentes deben solicitar las lecturas previas enviadas por Alberto para tomar el taller.  El costo del curso es de $100, más información sobre el curso pueden solicitarla a estacionlibroabierto@gmail.com

También dictará un taller de twitteratura con ejercicios prácticos in situ, los interesados deben solicitar los requisitos a andrea@palabralab.com pues se requiere de una lectura previa y del envío de tres encadenados. Ese taller se dictará la noche del lunes 13 de octubre.  El costo del taller es de $45.


No se pierdan las actividades de Ciudad Mínima que este año unen a la web con la literatura.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Taller de micronarrativa con Andrés Neuman

Como parte de las actividades programadas para celebrar las formas breves del arte en nuestro festival Ciudad mínima, que se realizará en el mes de octubre, hemos programado un taller teórico de micronarrativa con el escritor argentino/español Andrés Neuman, nuestro invitado de honor de este año.





La micronarrativa en nuestra lengua

Un análisis formal de la micronarrativa en lengua española. Definición, historia y panorama contemporáneo del género. Tipologías de microrrelato, a través de ejemplos de diversos autores. Lectura y comentario de textos. Algunas muestras de su aplicación literaria en las nuevas tecnologías. 

No es necesario ningún requisito en particular.
·        Abierto a cualquier asistente que se considere interesado en la literatura. 
·       No se tratará de un taller de escritura; sino de un taller de lectura activa, donde haremos análisis formales y técnicos de textos comentados en clase. Estudiaremos atentamente cómo están escritos algunos grandes microrrelatos.
· 
           Trabajaremos con fotocopias.

Instructor: Andrés Neuman
Duración: 4 horas
Día: Lunes 14 de octubre y Miércoles 16 de octubre
Hora: 19h00 a 21h00
Costo: $160

Cupo limitado. Incluye material y coffee break

Información: ade@palabralab.com, (04) 269-1264, (09) 802-50253, @adeljar

ENTREGA DE LIBROS (NVA.KENNEDY)

TALLERES (LOS CEIBOS)