junio 2012 ~ Palabralab

miércoles, 20 de junio de 2012

Tercera sesión del e-Club de lectura: El dinosaurio

Esta sesión será un homenaje al microcuentista por excelencia: Augusto Monterroso.  Su micro "El dinosaurio" ha sido adaptado a cientos de minificciones y cortos, pero ¿por qué?  ¿Por qué la línea "Y cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí" puede ser leído de tantas maneras?

La tarea para el martes 26 de julio a las 21h00 es leer las adaptaciones de la mexicana Niña Yhared y del ecuatoriano Marcelo Baez, y también tuitear en 140 caracteres nuestra propia versión del dinosaurio. (Twitcam vía @adeljar)

¡Disfruten de la lectura!


El Dinosaurio
Niña Yared    

Vivo con un dinosaurio entre las piernas. Duermo, juego y bailo sobre su enorme cola cubierta de escamas. Cada noche de luna llena sueño sobre su pecho.
Él me arrulla, mientras acicalo y acaricio los bordes rugosos de su dura epidermis. Ensueños, lágrimas y toneladas de comida inundan nuestra pequeña morada. Al despertar lo miro roncando, suspirando, divagando en el mundo del inconsciente. Me abraza hasta morir, entonces le sonrío y subo a su espalda.
Desde arriba masajeo cada una de sus vértebras, lastimadas por la cantidad de años y glaciaciones que ha vivido. Él abre uno de sus enormes ojos rojizos y me gruñe para que lo deje dormir más tiempo. El incesante cansancio agota incluso a los dinosaurios.
La aceleración del tiempo me impide quedarme con él. Me es imposible cuidarlo todo el tiempo. Arrojo el pijama al suelo y me dirijo corriendo al cuarto de baño. Una vez ahí retoco rápidamente la raíz de mi cabello con tinte rojo.
Abro la regadera y el agua cae sobre mi espalda, purificándome. Tallo mis hombros, el cuello y las axilas cuando escucho la alarma del despertador y los rugidos del dinosaurio que me llama. Salgo corriendo casi empapada. El agua rosada escurre por mis brazos. Me visto rápidamente y corro hasta la recámara.
Una vez ahí, abrazo a mi amigo antediluviano y le explico que debe guardar silencio para que no nos echen del edificio. Le aclaro que tengo que salir a trabajar a una pequeña oficina gris y amarga toda la tarde. Él no se inmuta y grita con graves sonidos que nunca estoy con él, que paso todo el tiempo trabajando y que no lo quiero.
Respondo: Si no trabajo no podrías vivir y comer aquí. El casero del edificio me ha mandado infinidad de avisos para que desaloje el inmueble. Dice que se prohibe vivir con animales domésticos y en especial con dinosaurios.
Tengo infinidad de demandas que han puesto los vecinos en la delegación. Todos piden que te vayas. No exijas más comodidades, me he comportado muy tolerante y generosa contigo.
Toda la casa huele a dinosaurio. La cocina, la pequeña estancia y la habitación están invadidas por toneladas de troncos y hojas, así como restos de aves tirados en el piso. El olor a reptil que se respira llega a toda la colonia. Temo que en poco tiempo el séptimo piso se derrumbe con el peso de mi acompañante.
El dinosaurio me pide que me recueste unos minutos más sobre él, antes de que la fuerza policiaca llegue a prenderlo. Así lo hago, escalo hasta alcanzar su gran panza y una vez ahí, cerca de sus brazos, él me aprieta y estruja hasta dejarme sin aliento. Me toma en sus manos y comienza a masticar mis piernas, manos y cabeza. Me tritura y se alimenta con mi cuerpo. Finalmente, vivo en su oscuridad.


Indigna continuación de un texto de Monterroso
Marcelo Baez


Y cuando despertó, el dinosaurio seguía allí. Rodaba tras la ventana tal y cómo sucedía en el sueño. Ya había arrasado con toda la ciudad, menos con la casa del hombre que recién despertaba entre maravillado y asustado. ¿Cómo podía esta enorme bestia destruir el hogar de su creador, de la persona que le había dado una existencia concreta? La criatura no estaba conforme con la realidad en la que estaba, prefería su hábitad natural: las películas, las láminas de las enciclopedias, los museos... Prefería ese reino donde los demás contemplaban y él se dejaba estar, ser, soñar.

Y cuando el dinosaurio despertó, el hombre ya no seguía allí.


Lauro Zavala http://cvc.cervantes.es/ACTCULT/monterroso/acerca/zavala.htm

lunes, 18 de junio de 2012

Taller de creación y escritura de microrrelatos “En pocas palabras”

Breve, fugitiva, misteriosa, poética y emocionante es la escritura del micro relato. Mide nuestra destreza con el lenguaje, nuestra capacidad de síntesis  y nuestro ingenio. Este taller va dirigido a todos quienes alguna vez quisieron escribir y no sabían por dónde empezar. Esta es la punta del hilo del que vendrán atadas el resto de historias.

Inicio: martes 3 de julio 19h00
Duración: 6 sesiones de 2 horas los martes y la lectura final el sábado 4 de agosto en la Librería Tinta Café.
Lugar: Nva. Kennedy Calle T.Maldonado 119 y O. Llaguno
Teléfono: 2691264 - 080250253
Correo: ade@palabralab.com
Twitter: @adeljar
Costo: $90
Imparte: Solange Rodríguez Pappe

Sesión primera:

¿Qué es el minicuento?
Explicación del genero y orígenes.
Diferencia entre relato y cuento.
Lecturas y primeros ejercicios de creación.
30 micro cuentos de diferentes autores contemporáneos.

Sesión segunda:

Características y formulas de creación de mini cuentos
Lectura del dinosaurio y explicación estructural.
Varios casos de dinosaurios entre nosotros
Ejercicios con dinosaurios y más bichos.
Textos del “Dinosaurio anotado”  de Lauro Zavala, entre otros.

Tercera sesión:

El bestiario y el diccionario personal.
Estudio del género  y características.
Observación de la realidad y creación de un zoo privado.
Lecturas de bestiarios y ejemplos de conceptualizaciones usando la observación.
Selección de palabras relevantes de un diccionario personal.
Textos del “Diccionario de la vista gorda” de Oswaldo encalada,  entre otros.

Cuarta sesión:

Formas posmodernas
Las instrucciones, las pociones, los epitafios y la prosa poética.
Estudio de las formas limítrofes de creación.
Elaboración de juegos textuales.
Textos de Julio Cortázar de “Historias de cronopios y de famas”, entre otros.

Quita sesión:

La meta textualidad, la parodia y la ironía.
Los relatos brazados.
Los nuevos cuentarios y su propuesta de uniformidad orizontal.
Teorías sobre el apocalipsis del cuento de Alberto Chimal.
Textos de  Mario Levrero, Ana María Shúa y Alberto Chimal.
Ejercicio de creación de relatos abrazados.

Sexta sesión:
Presentación en sociedad del trabajo del taller  “en pocas palabras” en la librería Tinta Café.
Tomates y flores.
Fiesta general.

jueves, 14 de junio de 2012

Concurso de Microcuentos para jóvenes

El centro cultural palabra.lab tiene el honor de traer a Guayaquil a los escritores Fernando Iwasaki y Ana María Shua, en el marco de actividades que se realizan alrededor del Festival de la brevedad Ciudad Mínima. Este festival tiene como objeto celebrar la brevedad en todas las expresiones del arte, porque creemos que detrás de lo mínimo hay un gran trabajo de elaboración.  La brevedad requiere de la destreza de la precisión: En un mundo con información excesiva es necesario que lo que se diga sea esencial.  Las historias breves son tan habitables e inolvidables como las extensas, su tesoro está en que cada adjetivo lo pone un escritor que ha tomado el compromiso de ser joyero del lenguaje.

Debido a que nuestra principal preocupación es la formación en los procesos de lectura y de escritura de niños y jóvenes, hemos decidido realizar un encuentro entre Iwasaki y Shua con jóvenes escritores de relatos breves, por lo que los invitamos a organizar de forma interna un concurso de microrelatos, en su plantel a través del cual seleccionen cuáles son los alumnos (máximo 10 por colegio) que intervendrán en este encuentro, en el que no solo aprovecharán a estos dos grandes autores, sino que también participarán en la actividad “Las palabras vuelan”, donde compartirán sus textos con estudiantes de otros colegios.

Este evento se llevará a cabo el día Martes 7 de Agosto en el Teatro Centro de Arte, sala experimental.

A continuación detallamos las bases del concurso:

BASES
1) Participación: Podrán participar todos los alumnos de colegios de Guayaquil, a partir de 15 años.
2) El tema sobre el que deberán escribir los microcuentos es libre.  No se requiere una temática específica, sino coherencia y unidad en el texto.
3) Los microcuentos deberán tener la extensión de un párrafo que puede oscilar entre las 4 y 12 líneas en tipo de letra Arial, tamaño 12 a 1,5 líneas de espacio de interlineado.
4) Cada estudiante podrá participar con un máximo de dos microcuentos. 
5) Plazos: El concurso se declarará abierto el día lunes 18 de Junio y se cerrará el día viernes 20 de julio. Los resultados serán comunicados a palabra.lab máximo hasta ese día.

Más información sobre esta actividad: Gaby Silva, gaby@palabralab.com o en twitter @lagabysilva @C_Minima

martes, 12 de junio de 2012

Filosofía palabra.lab para niños

En mayo iniciamos los talleres de lectura, escritura y cine en palabra.lab, que están abiertos todos los sábados del año de corrido hasta noviembre.  Este sábado 12 de junio, iniciamos el 2do. ciclo de talleres para cuatro franjas etarias distintas, desde niños de 3 años hasta jóvenes de 15.


En los talleres los chicos hacen ejercicios lúdicos de pre-lectura, leemos a veces en voz alta y a veces practicamos la lectura silenciosa, a veces escribimos textos creativos y a veces documentos muy serios, a veces analizamos la estructura de cortos y películas, a veces leemos imágenes. Pero siempre lo hacemos todo jugando.  Los chicos saben que no vienen a clases y aprenden a asociar por su propia motivación a los libros con un momento entretenido.

Así son los talleres en palabra.lab, un momento en el que me permito volver a ser niña, para llegar a los chicos que vienen a encontrarse con los libros y con las aventuras que sólo en ellos pueden vivir. 

martes, 5 de junio de 2012

CONVOCATORIA A CONCURSO DE MICROCUENTOS

La editorial independiente Camareta Cartonera, por medio de palabra.lab, convoca al I Concurso literario de microcuentos Ciudad Mínima (@C_Minima).

Ciudad Mínima es un festival con cuyas actividades se busca celebrar la brevedad en todas las expresiones del arte, porque creemos que detrás de lo mínimo hay un gran trabajo de elaboración.  La brevedad requiere de la destreza de la precisión: En un mundo con información excesiva es necesario que lo que se diga sea esencial.  Las historias breves son tan habitables e inolvidables como las extensas, su tesoro está en que cada adjetivo lo pone un escritor que ha tomado el compromiso de ser joyero del lenguaje.

El objetivo del I Concurso literario de microcuentos Ciudad Mínima (@C_Minima) es fomentar la valoración, desarrollo y creación de la micro narrativa en Ecuador.

BASES
1) Participación: Podrán participar todos los ecuatorianos y residentes en el Ecuador, mayores a 18 años, estén nacionalizados o no.
2) Presentación: Las obras entregadas deben ser inéditas y originales.  Las mismas no podrán haber sido presentadas a ningún otro concurso del que aún no se haya dado el fallo, ni estar comprometidas con ninguna editorial. Los microcuentos sólo se podrán presentar en el formato digital .RTF (se puede trabajar en Word y éste da la opción de grabar con esta extensión), por correo electrónico. En el Asunto del correo, el título del texto, con tres adjuntos, un archivo con el texto a concurso con el nombre de archivo: (título del trabajo.rtf) firmado con seudónimo, otro con los datos con el nombre de archivo: [título del trabajo]_datos.rtf, en cuyo interior se incluirán los datos del autor: nombre, apellidos, cédula o pasaporte, dirección y teléfono de contacto, así como escaneo de la cédula de identidad o pasaporte, y otro archivo: [título del trabajo]_autorizacion.rtf, con una autorización para la utilización de este texto para la publicación para la que está participando.
3) El tema sobre el que deberán escribir los microcuentos es: la ciudad en todas sus formas y posibles connotaciones (habitantes, lugares, civilizaciones fantásticas, ciudades inexistentes, ciudades futuristas, etc.) si las ficciones recibidas giran sobre otro asunto, serán descalificadas.
4) Los microcuentos deberán tener la extensión de un párrafo que puede oscilar entre las 4 y 12 líneas en tipo de letra Arial, tamaño 12 a 1,5 líneas de espacio de interlineado. No entrarán en el conteo de líneas ni el título, ni el seudónimo con el que debe firmarse los relatos.
5) Cada participante podrá hacer sólo un envío al correo electrónico concurso@palabralab.com, con las características que se especifican en los puntos 3 y 4. Si el participante incumple esta base, que es esencial, queda inmediatamente descalificado.
6) Plazos: El concurso se declarará abierto el día lunes 4 de Junio y se cerrará el día domingo 8 de julio a las 00h00.
7) Premiación: La premiación se realizará el día 1 de agosto con la presencia del jurado y en el marco del festival.  El premio consiste en entregar un Diploma, 3 ejemplares artesanales de la antología realizada por la editorial Camareta Cartonera, compartir antología con escritores locales e internacionales convocados al evento, a 7 ganadores en total.
8) Los escritores ceden el derecho para una sola publicación a Ciudad Mínima (@C_minima), luego de lo cual su texto es libre de emplearse en otros formatos y otros textos durante el plazo de un año.
9) Jurado: El Jurado será nombrado por Camareta Cartonera y su composición se dará a conocer públicamente en el momento de su fallo.  Tres escritores ecuatorianos con experiencia y conocimiento en el tema de la brevedad, seleccionarán diez microcuentos entre los participantes, que constarán en una publicación conjunta con textos de otros autores nacionales e internacionales y que será editado en un tomo de fabricación artesanal, alusiva al tema, por la editorial Camareta Cartonera.
10) Fallo: El Jurado se reunirá en el mes de julio y dictaminará su fallo en ceremonia del 1 de agosto. La decisión del Jurado será inapelable. Los fallos se publicarán en www.palabralab.com y directamente a las personas premiadas. El concurso no puede ser declarado desierto.
11) Conformidad: El hecho de participar supone la aceptación de las presentes Bases.

Minificciones de Fernando Iwasaki

El escritor peruano Fernando Iwasaki estará en Guayaquil en el mes de agosto para celebrar con nosotros el primer festival de minificción "Ciudad Mínima", organizado por palabra.lab.

Hoy en su cumpleaños, les comparto tres microrrelatos de su "Ajuar Funerario".


LA CASA DE REPOSO
La madre superiora miró hacia el cielo como buscando una señal divina, y en sus ojos desvelados de oraciones reverberó cristalina una lágrima.
–¿Y dice usted que el viejo profesor se niega a ir a misa, hermana?
–Así es, reverenda. Y maldice y ofende a María Santísima.
–No importa, hermana. Llévelo entonces a dar un paseo por el huerto.
–Sí, reverenda.
–Hermana…
–¿Sí, reverenda?
–Que parezca un accidente. 
LA RATONERA

Perdí el último autobús y tuve que caminar hasta la Plaza de las Ánimas para tomar el ómnibus de medianoche.  No había nadie en el paradero y el frío condensaba fantasmas que brotaban siniestros mientras respiraba.  A través de la niebla surgió de pronto el autobús. 

Cuando pagué al conductor me sobrecogió su mirada de peluche triste, como de oso venido a menos o de rata que quiere ir a más. Pensé en que así sería la cara desconsolada del gato de Cheshire y me senté ensimismada en el primer asiento que encontré.  El ruido que hacía una señora frente a mí me arrancó de mis ensoñaciones.

Aquella señora aspiraba el aire a través de los incisivos, arrugando la nariz y levantando el labio superior.  Su expresión era desagradable, como de ardilla enferma de obesidad.  A su lado un niño de enormes paletas tragaba voraz un tarro de palomitas. ¿Cómo podía zamparse tanta comida por el hocico? Parecía un hámster con el pescuezo inflado de guisantes. 

Poco a poco advertí con inquietud el insólito aire de familia de los pómulos hinchados, la cabeza más bien redonda y unos dientes preparados para roer y destrozar.  Uno recordaba a un gorila aconejado, el otro miraba ratonil con sus pequeños ojos de vidrio y una marmota llena de collares se hurgaba entre las uñas hasta ponerse en carne viva sus dedillos como lombrices.  Pensé en la mirada afelpada del conductor, oí la respiración dental que retumbaba en el autobús y decidí bajarme de aquella ratonera en la siguiente parada. 

El niño de las palomitas quieres ser el primero en morder.  La puerta no se abre.


LA SILLA ELÉCTRICA
Cuando me comunicaron la fecha funesta se apoderó de mí la angustia de los sentenciados, y desde entonces sólo pienso en el dolor, el ruido y la luz. Si el trámite fuera indoloro miraría desafiante a mi verdugo, pero el pánico me paralizará cuando contemple la obscena exhibición de sus instrumentos de tortura. Por eso debo conservar la escasa dignidad que me queda, porque no quiero que los demás condenados se consuelen con mi cobardía. ¿Qué importa lo que ocurra una vez que me siente en la silla maldita? Podré llorar, podré maldecir y hasta cagarme en la silla de los cojones, porque esos matarifes son muy escrupulosos con la limpieza. Pero en el corredor de la muerte no puedo permitirse ser débil, ya que aunque nos miremos distantes de reojo, por dentro todos pensamos en el dolor, el ruido y la luz. Tengo miedo, quiero huir y hago secretos propósitos de enmienda, pero todo es inútil porque dentro de un año estaré de nuevo aquí: en la consulta del dentista.

lunes, 4 de junio de 2012

2da. sesión del e-Club de lectura

Los dos textos para comentar en la siguiente sesión del e-Club de lectura, que se llevará a cabo el martes 12 a las 21h00, son de la mexicana Cecilia Eudave y el chileno Diego Muñoz Valenzuela.  Los esperamos el martes en el twitcam, vía @adeljar

Sirenas de mercurio
Cecilia Eudave @CeciliaEudave
Durante los siglos X I X y X X las sirenas fueron duramente casadas por los hombres.   Cuentan que una noche el barco Perséfone cazó cerca de una docena.  Curiosamente, no se les buscaba como fenómenos de la naturaleza, pues ya existían en la imaginación humana nuevas y poderosas bestias más apetecibles para la pesadilla.  Tampoco las cazaban por su voz, que podía ser robada y transferida a la garganta de una mujer en parto.  Ya habían dejado de construir peceras gigantescas para contenerlas y exhibirlas, y también prescindieron de sus servicios como cocineras, según se cuenta en el libro Las puertas de Casiopea.  Entonces se les apreciaba en el mundo del comercio por su carne afrodisíaca.  Bueno, por lo menos la de la cola, con la que se solía hacer un caldo delicioso que al dárselo de comer a la mujeres provocaba en ellas tal desenvoltura, tal desinhibición sexual, que los hombres enloquecían mientras duraba el efecto del potaje.
Por esta lujuria humana murieron miles de sirenas al ser cercenadas por la cintura para abajo; algunas, las menos ¿desafortunadas?, quedaron condenadas a andar en unos terribles y lastimeros carritos de madera donde cargaban sus cuerpos mutilados con los senos al aire y sus largas cabelleras sucias; portaban, además, un letrerito que decía: -una moneda para esta pobre sirena-.  Así vagaban por los puertos, mientras que sus hermanas esquivaban cualquier cantidad de penurias y arriesgaban sus colas para observar la tristeza de sus congéneres y lanzarles algas para que se alimentaran.  Hartas, decidieron vengarse.  Los tiburones de los mares orientales les aconsejaron vivir en sus aguas y atascarse el cuerpo de mercurio, porque sabido era que esos mares están contaminados por la nueva industria.  Sus cuerpos, así, se convertirían en veneno mortal para los hombres.  Ellas siguieron el consejo con la ilusión de asesinar a su raptor a pesar de su propia muerte, reivindicando a sus hermanas.
Pero cuando una sirena cayó en las redes de un mortal y fue cercenada de la cintura para abajo, pasó algo que ellas no consideraron ni esperaron: la cola saturada de mercurio buscó unirse nuevamente con el dorso; hasta lograrlo.  Una y otra vez se repitió la operación, y una y otra vez el cuerpo se reintegró.  Los hombres quedaron maravillados de esta nueva condición fantástica en ellas.  Ahora, las sirenas atrapadas son objeto de la mutilación perpetua en las carpas dominicales de las ciudades y los puertos…

De compras
Diego Muñoz Valenzuela
El maldito gato lleva un carro repleto de mercaderías.  Eso me perturba: ¿cómo es posible que un felinillo de última categoría adquiera tal cantidad de bienes?  Hago un rápido inventario: tres cajas de leche (para nutrir su prole), ovillos de lana (destinados al juego, no al tejido), suntuosas bandejas con carne de primera, galletas para perros (¿regalo quizás?), champú para bebés, etc.  Profiero una sentencia crítica.  El mandril que me antecede en la fila se da vuelta y gruñe una amenazante respuesta.  La cajera, una deslucida cebra, mueve la cabeza hacia los lados y relincha una carcajada burlesca.

ENTREGA DE LIBROS (NVA.KENNEDY)

TALLERES (LOS CEIBOS)